Soy un barco naufragante,
que se unde en el océano,
el oceano de tú amor.
No tengo nada,
nada en que apoyarme,
solo esperar tu salvación.


El ídolo que cree de mí mismo,
se desmorona ante mis ojos,
en miles de pedazos ante ti.
¿Quién eres tú?
¿Porque los vientos y los mares te obedecen?
"Hoy mi vida tambalea y mi alma sucumbe ante los
vientos huracanados de tu verdad."

(Isaias 40:6-8) (Marcos 4:38-41)

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