EL APARTAMENTO DE DIOS (¿Quien necesita limpiar su área sexual?)

EL APARTAMENTO DE DIOS
(¿Quien necesita limpiar su área sexual?)

¿Cada cuanto le haces aseo a tu apartamento?. El lugar donde vivimos debe estar en constante aseo; por lo regular todos los días tendemos la cama, barremos, recogemos desorden, y al menos una o dos veces por semana se hace un aseo general en el que utilizamos jabón, un desinfectante y un buen ambientador. ¡Que bonito es sentir ese olor a limpieza!. Si nosotros limpiamos el lugar donde vivimos cuanto mas debemos preocuparnos por el apartamento donde vive el Espíritu Santo

¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? (1 Corintios 3:16)

Somos el apartamento de Dios,el lugar donde el habita ¿debemos solo limpiarlo solo cuando sentimos que esta sucia o por el contrario barrer todos los días el polvo y la suciedad que este acumula en el ambiente? si aseamos nuestro cuerpo bañándonos todos los días aunque creamos que estemos limpios cuanta mas necesidad de limpiar el interior de nuestro corazón y el lugar de morada del Espíritu de Dios.

Que el justo siga practicando la justicia, y que el que es santo siga guardándose santo. (Apocalipsis 22:11 b)

Buscar la pureza sexual no es para el que esta en pecado, sino para aquel que desea que el apartamento de Dios, (nuestro cuerpo, alma y espíritu) este en completo aseo para que sea un lugar digno de habitar por el tres veces santo.

Si alguno esta en pecado nuestro llamado es a restaurar sin avergonzar, no es para "chismear" quien fallo y quien no fallo, no es para que se entere media iglesia quien fallo o quien es santo, NO debemos añadirle a la culpabilidad interna la acusación de otros hermanos, debemos ayudar a limpiar el área sexual y vivir una vida en pureza delante de Dios.

Tratemos como nos gustaría que nos tratasen si estuviésemos en la misma situación, después de todo; todos somos sucios pecadores limpiados por la sangre de aquel que nos amo y no nos avergonzó.

“Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.” (2ª Corintios 7:1)

Por: Roverg Giraldo