ENFRENTANDO AL GIGANTE DEL ORGULLO

ENFRENTANDO AL GIGANTE DEL ORGULLO
(Habitantes de tierras altas)
“Soy humilde y me siento orgulloso de serlo”
Todos tenemos que enfrentar este gigante, aun los que tienen baja estima batallan con él. No nos gusta que gobiernen nuestra vida, no nos gusta que nos digan que hacer, no nos gusta que nos digan No! a nuestros deseos. Desde niños queremos ser pequeños reyes que gobernamos y que se haga lo que nosotros queramos; nos cuesta obedecer, nos cuesta el someternos, se nota apenas se nos demanda algo que no queremos hacer, si "no nos parece" no lo hacemos o lo hacemos de mala gana bien dijo el profeta:
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino. (Isaías 53:6)
El orgullo es seguro de sí mismo, carismático y hábil orador, se entrena cada día para ser mejor pero con la motivación incorrecta pasar por encima de los demás, por su aire de grandeza siempre quiere pasar por encima de los demás.
Se enoja cuando alguien le dice que está haciendo algo mal, no agacha la cabeza, nunca pide disculpas y menos perdón no porque no sepa de su error sino porque no quiere reconocer su error y eso va en contra de sus principios de perfección, quiere que el mundo se mueva en pos de él, busca el elogio y la adulación.
En cierta ocasión fui exhortado por mis autoridades de manera incorrecta, (sinceramente yo consideraba que tenía la razón), llegue tan dolido ante Dios para exponerle mi causa y que él me defendiera, pero antes de que pudiera decir palabra Dios me hablo:
—Siempre vas a tener una autoridad a la cual someterte, y esa autoridad se va a equivocar y tú tendrás que seguir sometido hasta que yo diga lo contrario. Esto te ayudara a mantenerte humilde:
"Nunca llegaras a ser tan grande, como para no doblar tu rodilla delante de mí, ni agachar la cabeza delante de tus autoridades"
Toda mi vida he batallado con el orgullo; a quien no le gusta que le digan que bien escribes, o que le digan cómo te usa Dios, o que te busquen para un consejo y oración, cuan difícil es mantenerse humilde cuando todos te aplauden por quien eres, o por lo que haces, pero Dios sí que sabe golpear mi orgullo y amor propio:
Cuando más me aplauden soy más vulnerable, cuando más elogios recibo más conozco mis debilidades y Dios se encarga personalmente de hacérmelo saber. Gracias le doy por ser humillado ante su presencia.
El pueblo de Israel tuvo que enfrentar al pueblo amorreo; Hombres de gran estatura (Gigantes) que habitaban en las alturas, pueblo de gran liderazgo se dice que ellos llegaron a hacer parte del imperio babilónico y lograron establecer en ella su adoración a su principal dios Amurru (dios de las tormentas, pastor, señor de la montaña).
El liderazgo del amorreo es innato pero tarde o temprano le lleva a la caída.
Destruye al amorreo fue la orden de Dios (Deuteronomio 7:2-3) no establezcas sociedades con el gigante del orgullo porque si lo permites en tu vida tarde o temprano te llevara a ser como él; querrás pasar por encima de tus autoridades y cuando no puedas estar más arriba de nadie buscaras que la adoración sea para ti a través de aplausos y adulaciones que no te corresponden y como yo al altivo lo miro de lejos y lo rechazo me perderás a mí.
No podremos tomar posesión de la promesa si en nuestro corazón está el orgullo y si llegásemos a tomarla algún día tarde o temprano caeremos porque antes de la caída esta la altivez de espíritu (Proverbios 16:18)
¿Cómo erradicar el orgullo?
Humillemos delante de Dios (1 Pedro 5:6)
Reconozcamos la aptitud orgullosa (Proverbios 28:13l
Reconozcamos los errores delante de los hombres (Santiago 5:13)
Estimemos a los demás superiores a nosotros mismos (Filipenses 2:3)
Amós 2:9 Yo destruí delante de ellos al amorreo, cuya altura era como la altura de los cedros, y fuerte como una encina; y destruí su fruto arriba y sus raíces abajo.
Por: Roverg Giraldo
Roveiro.blogspot.com

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