DIÁLOGOS CON DIOS (Una visita del Padre)

DIÁLOGOS CON DIOS
(Una visita del Padre)
—Nada por lo que he luchado me importa y nada por lo que pueda luchar me importa,No quiero más retos y sueños cumplidos, estoy harto de compromisos, para que correr si no te tengo a ti. Es cierto que el amor es una decisión, pero ya llevo bastante tiempo con la decisión de amarte y no siento nada, necesitó sentirte de nuevo.
Y si me enamoras de ti, y si quitas esta frustración de hacer las cosas por hacerlas y si por un tiempo me dejas también sentir el amor, y si me dejas oír tu voz y si me dejas verte y si me dejas palparte y me dejas oír tu voz, si tan solo me dejaras tenerte.
Enseguida tuve una visión; sus pies aparecieron ante mí, quise levantar mi rostro para verlo pero no pude, lo único que pude ver fue a algunos enemigos aterrados del susto que dijeron sorprendidos ¡llegó el Padre!
Es como si para ellos la presencia manifiesta del Padre en mi vida fuera una sorpresa. En realidad es así: muchos caminamos la vida cristiana siguiendo a el Dios líder pero muy pocos caminan con la presencia manifiesta de Dios Padre en su vida como lo hizo Jesús; Por eso lo que hacemos esta carente de amor, por eso lo que hacemos no nos llena porque necesitamos su voz, sus ojos sobre nosotros, su mano acariciando nuestras mejillas su compañía permanente en nuestras vida.
—Y si yo te digo que has perdido tu tiempo, y que yo perdí a mi hijo hace algún tiempo, más que tú ministerio, servicio y trabajo quiero tú corazón, a mí lo que más me importa eres tú. Yo no quiero que trabajes para mi sino por mí y eso solo lo logras cuando tienes mi presencia manifiesta en tu vida.
Es absurdo caminar un camino (Juan 14:6) que no lleva a ninguna parte, es absurdo estar a la puerta y no entrar a la casa (Juan 10:9) es absurdo que tengas la vida y no me conozcas a mí (Juan 17:3) Es absurdo que seas mi hijo y estés lejos de mí. (Lucas 15)
Has estado en el camino, has conocido la puerta pero no golpeaste para entrar porque no te sentiste digno. Has estado cerca de mí y no desnudaste el corazón. Hijo golpea y se te abrirá, entra que te estoy esperando:
Quiero a mi hijo,
Te quiero de vuelta,
Te quiero de regreso a mí.
Yo no quiero que mi presencia manifiesta sobre tu vida sea una sorpresa sino una realidad, pero para ello tienes que entrar en mí, yo no quiero solo visitarte quiero que vivas en mí.
“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (Juan 17:3)
Por: Roverg Giraldo
Roveiro.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario