UNA CITA EN LA
TORMENTA
¿Quién te pondría una cita en una tormenta?
En medio del peligro y la soledad de la noche, mientras todo
el mundo duerme, a las tres de la mañana, bajo la fuerte e impetuosa lluvia,
donde el frió te congela tus huesos. En la tormenta estas solo, en la tormenta
todos duermen, en la tormenta hace mucho frió, sientes miedo y peligro de
muerte. Si alguien nos coloca una cita deseamos que sea:
En un restaurante fino, a las siete de la noche, a baja luz,
con una deliciosa comida, con una excelente y además dulce compañía ¿Pero en la
tormenta? en la tormenta nadie quiere una cita. ¿Qué clase de persona te
pondría una cita en la tormenta? Un Dios que es único!
¿Quién como nuestro Dios?
(Salmo 135:5 a)
Él les puso una cita en la tormenta a sus discípulos sin que
ellos lo supieran:
En seguida Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca
y se le adelantaran al otro lado mientras él despedía a la multitud.
Y ellos emprenden un viaje sin saber con lo que se
encontrarían:
Y la barca ya estaba bastante lejos de la tierra, zarandeada
por las olas, porque el viento le era contrario.
El viento sopla muy fuerte la lluvia cae torrencialmente las
olas se levantan y tratan de hundir la pequeña embarcación. Ellos reman con
todas sus fuerzas, algunos lo hacen mientras lloran, otros dicen; «Vamos a
morir», y otro dijo:
—Tengamos fe, el maestro dijo que nos encontráramos al otro
lado.
·Todo es interrumpido por un fantasma
En la madrugada, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el
lago. Cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el agua, quedaron
aterrados.
— ¡Es un fantasma! —gritaron de miedo.
Las gallinas casi se orinan del susto, pero Jesús les dijo
en seguida:
— ¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo
—No tengan miedo muchachos—soy yo— el que los cito, cambio
de planes:
— ¿qué tal les parece una cita en la tormenta? Jajaja— Dijo
Jesús.—
—Señor, si eres tú —respondió Pedro— mándame que vaya a ti
sobre el agua.
—Ven —dijo Jesús.
Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a
Jesús. Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse.
Entonces gritó:
— ¡Señor, sálvame!.
Muchas veces Dios nos ha puesto una cita en la tormenta
pero; nosotros solo vemos olas, viento, agua que te moja frió que te congela
los huesos y peligro de muerte. Prosigamos con la historia:
En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo
reprendió:
— ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
—Yo te pongo una cita en la tormenta para tener un tiempo a
solas contigo, para que me conozcas como aquel que te salva, aquel que tiene
potestad sobre tus momentos de tormenta, quiero que sepas que yo cuadro una
cita en medio de la tormenta para subir a tu barca y transitar juntos el resto
del viaje.
Tal vez en el trayecto a tu destino te encuentres en medio
de tormenta, rema con todas tus fuerzas y espera que en cualquier momento el
maestro aparecerá para cumplir su cita contigo, subirá a tu barca e iras con el
hasta el final de tu destino.
Cuando subieron a la barca, se calmó el viento. Y los que
estaban en la barca lo adoraron diciendo:
—Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios.
·Yo tuve mi cita en la tormenta hace 6 años
En el momento de mayor crisis en mi vida, Jesús me hablo al
corazón mientras caminaba borracho en una noche de domingo. ¿quien le pondría
cita a un borracho en medio de una tormenta? solo un Dios que es único. Esa
noche el subió a mi barca y calmo mi tormenta. En estos años he atravesado
pequeñas tormentas pero algo ha cambiado;
"Se que Dios en medio de la tormenta tiene planeada una
cita conmigo"
La próxima vez que atravieses una tormenta recuerda que Dios
te ha puesto una cita en medio de ella para pasar un tiempo a solas contigo,
subirá a tu barca y te llevara hasta el final de tu destino.
(Mateo 14:22-32)
Por: Roverg Giraldo
Roveiro.blogspot.com
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