ENTRE
LA ESPADA Y LA PARED
(Cuando Dios te confronta)
Siempre me he sentido identificado con Jacob, me
gustaría sentirme identificado con alguien más santo; con un David componiendo Salmos, con Josué
sirviendo y conquistando o con Samuel desde niño ministrando a Dios, pero la
verdad mi vida se ha parecido mucho a la de Jacob; un tramposo, un usurpador,
transformado.
•Jacob
era un "cristiano" promedio cuando fue puesto entre la espada y la pared para ser
confrontado con Dios:
•Tuvo
un encuentro con Dios luego de un tiempo muy difícil.
•Fue
un hombre de pacto y de Diezmo.
•Fue
un hombre de familia
•Fue un hombre de visión (lo vemos en los cabros pintados manchados y abigarrados)
•Fue
un hombre obediente a Dios.
Pero
también era un cristiano que no tenía varias cosas resueltas en su vida
•La
relación con sus padres.
•La
relación con su hermano.
•La
relación con Dios.
Todos
tenemos áreas de nuestra vida no resueltas. Llevamos tiempo de convertidos pero
no hemos visto su respuesta; la conversión de la familia, la bendición
sentimental, la bendición financiera, la salud de un familiar. Son aquellas
pequeñas pero muy importantes cosas, pequeños y grandes detalles que nos impiden
disfrutar la presencia de Dios, que hacen que la vida cristiana no sea tan
placentera y que comience a producir un poco de amargura en nuestro corazón, por tal razón Dios nos pone entre la espada y
la pared como le sucedió a Jacob:
Entonces el SEÑOR dijo a Jacob: Vuelve a
la tierra de tus padres y a tus familiares, y yo estaré contigo. (Génesis 31:3)
Dios
le dice a Jacob, vuelve a la tierra de tus padres colocándole entre la espada y la pared: el ir a la tierra de sus
padres significaba encontrarse con el padre que hacia 20 años no veía, con el
hermano que hacia 20 años esperaba el momento oportuno para asesinarlo.
¡Yo también estoy entre la espada y la
pared!
Puedo
decir que pase lo que pase voy a ser
pastor, pase lo que pase voy a ser escritor, y
siento que eso está resuelto en mi vida, pero también siento que hay
cosas que aún no están resueltas:
•Como
que mi familia sea salva (aunque tengo una promesa)
•Como
que tener una esposa y unos hijos (aunque tengo una palabra)
•Como
mi área financiera (aunque sé que Dios es mi proveedor)
Y
estas cosas me han llevado a buscar a Dios como tal vez muchos de nosotros. y le he preguntado: ¿Qué pasa, porque me pones entre la espada y la pared?
“yo quiero llevarte a confrontarte con
esas cosas que aún no están resueltas en tu vida para que tengas tanta desesperación
por mi como nunca antes”
Desesperados
por un cambio de situación, desesperados por un cambio de naturaleza, desesperados porque Dios cambie el corazón de la familia,
desesperados por la presencia de Dios. Me di cuenta de que nosotros como líderes tenemos que hablarle de Dios a la
gente sintiéndonos lejos de él como le sucedió a Jacob. Hay cosas que no
entiendo y que algún día tendré que hablar seriamente con Dios:
¿Como un día puedo disfrutar a Dios tanto y al
otro día sentirme tan lejos de él como si llevara semanas sin orar?, un día me siento tan
cerca que puedo escuchar el palpitar de su corazón y puedo postrarme y besar
sus pies y al día siguiente parece que él estuviera a miles de millas de
distancia, no sé porque él lo hace pero si se lo que produce:
Quebrantamiento
Tu también
lo has sentido, pides que Dios resuelva algo en tu vida y no ves respuesta y
esto produce llanto en ti, y un cambio de aptitud hasta el punto de renunciar a
tu sueño, comienzas a depender de Dios absolutamente. Si esto es lo que ha producido en ti vas por
buen camino, pero; si produce: Amargura y que no creas en Dios, quiere decir que satanás está hablando a tu corazón y está logrando su
objetivo “apartarte de Dios”.
El propósito por el cual Dios te pone entre la espada y la pared es la
intimidad con Dios, es el quebrarte la cadera, el propósito
de Dios es que lo tengas a El como tu punto de apoyo y no tu autosuficiencia,
Y como vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y descoyuntóse el muslo de Jacob mientras con él luchaba. (Génesis 32:25)
Cuando Jacob daba un paso recordaba que era el mismo Dios quien le había
quebrado su corazón su alma y su cadera. Quebrantamiento
y bendición van de la mano, Dios no te quebranta para verte llorar, quien querría
verte a ti hacer berrinche (jajaja). Dios nos quebranta para tener intimidad con
nosotros para mantener nuestro corazón apegado a él y para bendecirnos. Después
de que lo ponemos en primer lugar él nos bendice, como le sucedió a Jacob:
Y el varón le dijo: No se dirá más tu
nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has
vencido. (Génesis 32:28)
Ya
no serás más Jacob (suplantador, tramposo, usurpador) en nuestro caso sería: ya
no serás más (Soltero, el único cristiano en tu familia, el mala paga, el sin
dinero etc...) sino que serás Israel, el que lucha con Dios.
Dios te confronta con aquellas áreas no
resueltas de tu vida, para llevarte a estar
tan desesperado por El como nunca antes, para ponerte una marca:
"Tendrás
la marca de alguien que lucha con Dios, tendrás un nuevo tiempo en el que tu seras transformado, y todo a tu alrededor sera cambiado, un nuevo tiempo con dificultades como todo tiempo (porque caminaras cojo)
pero tendrás la marca de la presencia de Dios en tu vida, y este nuevo tiempo
que hoy empiezas marcara tus generaciones.”
Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar,
Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma. (Génesis
32:30)
Por: Roverg Giraldo
Roveiro.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario