LLORE MI PROPIA MUERTE


                                                     LLORE MI PROPIA MUERTE

Todos tenemos una cita con ella pero casi nadie quiere hablar del tema, solamente aquellos que están en peligro de muerte o una enfermedad terminal lo hacen, pero ¿porque no pensar en ella en vida como lo hizo Jesús? ¿Te has preguntado que pasaran las siguientes horas a tu defunción? ¿Que pasara los días meses y años después de que partiste de este mundo?, Yo lo hice el día de ayer mientras viajaba en bicicleta por la avenida Boyacá:

«¿Qué sucedería si yo muriese?»

Imagine mi partida para estar con mi Padre celestial, vi mi velorio y en él; mis padres hermanos y amigos llorando frente a mi frió y hermoso cuerpo, de repente una de mis amigas entre lágrimas interrumpe a todos y habla de mí, de mi sueño de que mi familia, amigos y extraños conozcan al salvador diciendo:

—El partió de esta tierra seguro de que Dios lo estaba esperando, solo una cosa quedo pendiente en su vida; fue la salvación de ustedes. Su deseo ferviente en el corazón era que ustedes también puedan reconciliarse con Dios, a muchos de ustedes él les hablo pero no creyeron y las lágrimas brotaron desde su corazón. Su único deseo era su salvación. Este hombre aunque a veces lo vieron callado, pensante y distraído les amo hasta su último aliento y si el pudiera venir al mundo por un minuto estoy segura cuales serían sus palabras:

—La paga del pecado es la muerte pero el regalo de Dios es vida eterna, solo si se arrepienten y se  aferran al salvador, ¡Por favor aférrense a él! Porque el murió para salvarlos, los amo entrañablemente. 

Unas pocas Lágrimas rodaron por mis mejillas, llore mi propia muerte. Desde ayer he meditado en todo esto:

¿Cumplí todo lo que Dios escribió de mí? ¿Estaré listo para mi cita con la muerte? ¿Estará Jesús orgulloso de mí al recibirme? ¿Abre dejado una huella en el mundo o fui alguien más que paso por esta tierra? Pero lo que más me dejo pensando es:

¿Pelearan mi herencia, no la física sino la espiritual?

Sé que mi familia, hermanos y amigos lloraran por mí partida pero; ¿lloraran mis sueños sin cumplir? ¿Abre dejado en ellos el deber de cumplirlos o junto con mi muerte morirán mis sueños? ¿Se levantara alguien cercano a mí y tomara mi sueño y lo hará propio?. Yo mismo vivo el sueño de alguien que vivió murió y volvió a partir, vivo el sueño de Jesús:

Y éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos. (Juan 15:12-13)

Si mis familiares y amigos que no conocen a Jesús lloran mi muerte, les dejo mi sueño a consideración;

«No les pido que vivan su vida, vivan mi sueño; dejen que Jesús viva en ustedes y dejen vivir el sueño de Jesús en ustedes, dejen vivir el amor en ustedes»

Desde ayer tome una decisión mientras esté vivo

Soñare tan grande de tal manera que mis sueños perduren después de mi partida, dejare un legado en mis hijos que ellos practicaran durante toda su vida, tratare de ser un hombre al que no solamente mi familia, amigos más cercanos extrañaran, sino que el mundo dirá Roverg Giraldo hace falta, dejare a Jesús vivir en mi atraves del amor a los demás y se lo demostrare con la predicación de la palabra y con acciones que ratifiquen los dichos de mi boca.

Ayer y hoy llore mi propia muerte, porque después de todo; todos tenemos una cita con la muerte y después de muerto no podre llorar por mi partida, sino estaré gozoso en la presencia de Dios. Los dejo con unas de las palabras de Jesús antes de partir a su cita con la muerte:

»No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí. En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar. Y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté. Ustedes ya conocen el camino para ir adonde yo voy. Dijo entonces Tomás:

—Señor, no sabemos a dónde vas, así que ¿cómo podemos conocer el camino?

 —Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.
                                                                                                                                      (Juan 14:1-6)

Por: Roverg Giraldo

Roveiro.blogspot.com

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