SI DIOS TE PIDIERA EL DIVORCIO
(La última oportunidad de amar)
¿Alguna vez has contemplado la idea de perder a Dios? Has
contemplado la idea de que tu corazón como el corazón humano es inclinado al
mal y que no tienes nada asegurado, que un día puedes despertar y simplemente
el no este.
No tenemos nada asegurado, así como el hecho de que dos
personas estén casadas no garantiza que vivirán una vida juntos para toda la
vida si el amor no es cultivado ¿Que nos hace pensar que Dios siempre estará
ahí?. Creo que una de las cosas que más mantiene en nosotros el deseo de seguir
conquistando a la pareja es que algún día le podemos perder.
Todos lo hemos vivido, ese momento en que la relación con
Dios no es la mejor, ese momento justo en que pensamos ¿qué pasaría si lo
pierdo? He meditado en esto: ¿Estaría casado con alguien que no me ama? ¿Se
quedaría Dios conmigo sin yo amarlo por completo?. Has pensado en la loca idea
de que Dios un día llegue y diga:
—Quiero el divorcio
—Dios no digas eso, es cierto que nuestra relación no pasa
por un buen momento pero ¡Te amo!
— ¿Te amo? solo piensas en tu satisfacción personal, me he
dado cuenta de tus infidelidades, solo me determinas para cumplir tus planes,
pero mis planes y sueños ni siquiera estas enterado.
¿Cuándo fue la última vez que dejaste de enamorar a Dios?
¿Cuándo fue la última vez que te olvidaste de ti mismo por
hacerle feliz?
¿Cuándo fue la última vez que lo buscaste con pasión?
¿Cuándo tu amor por él se convirtió en rutina y en
religiosidad?
Hace unos días estaba haciendo algo que Dios me mando a
hacer, y Dios hablo a mi corazón:
—Lo haces mejor que cuando empezaste, pero lo haces con
menos amor, como quisiera que fueras más inexperto pero más apasionado.
¿Recuerdas cuando hacer una célula era todo?
Orabas, ayunabas, intercedías hacías guerra espiritual,
evangelizabas, llamabas y cuidabas cada oveja como si fuera la única oveja
pero; en algún momento de la vida la pasión se fue y fue remplazada por la obligación.
Recuerdas cuando era tú todo,
Recuerdas el amor de tu juventud,
Recuerdas cuando sentir mi presencia te quebrantaba,
Recuerdas cuando las páginas de la biblia cobraban vida,
Recuerdas cuando perdiste todo y solo me tenías a mí,
Recuerdas cuando abandonabas todo por buscarme a mí,
Recuerdas cuando yo no tenía que compartir tu amor con tus
amantes,
Recuerdas cuando pasabas por un tiempo sin sentir mi
presencia y te sentías morir, recuerdas.........
«Anda y proclama a los oídos de Jerusalén, diciendo que así
dice Jehová:
“Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del
amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no
sembrada.” (Jeremías 2:2)
Seamos sinceros algún día la emoción del amor se fue y junto
con ella la pasión por enamorar a Dios. Esta es una palabra fuerte que nos
confronta y nos llama a volver a él, a unos porque están lejos y a otros les
dice: —Ten cuidado con el amor que sientes por mí, porque todos aquellos que se
separaron de mí un día estuvieron tan unidos como tú y yo lo estamos.—Si Dios
me pidiera el divorcio yo le pediría una última cita, en el lugar donde nos
conocimos, ese lugar que solo él y yo sabemos dónde queda:
“El secreto”.
No quiero que te sientas culpable, sino motivarte a volver
al lugar donde nunca debiste salir, si nuevamente encuentras la dirección y
llegas a la cita; no pidas perdón, solo llega hasta donde está el dile:
— Aquí estoy en tus brazos como lo pediste.
Y ama como si fuera tu última cita, como si fuera la última oportunidad
de amar, como si lo pudieras perder algún día, no reserves el amor, gástalo
todo, desborda todo tu amor por el. Que tal si esta noche apartas un tiempo con
él, qué tal si llegas a tu cita con el como si fuese tu última cita.
Este mensaje es para decirte que él te ama y aun te está
esperando. El quiere que vivas y ames como si lo pudieras perder algún día y
solo los recuerdos de tu última cita quedasen grabados en tu mente y corazón.
“Vuélvete, rebelde Israel, dice Jehová; no haré caer mi ira
sobre ti, porque misericordioso soy yo, dice Jehová; no guardaré para siempre
el enojo” (Jeremías 3: 11 b)
Por: Roverg Giraldo
Roveiro.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario