MINISTERIO ESTÉRIL
(Cuando esforzarme no vale la pena)
—Estoy cansado de hacer las cosas en mis fuerzas, cansado de
las actividades eclesiásticas, cansado de intentar alcanzar las almas, predico
y predico sin tener ningún resultado, nadie se salva nadie se convierte, llegan
están unos días y así mismo se van. Predico tres a cuatro veces por semana y de
un año para acá estoy en el mismo punto. Sé que estoy hecho para algo más que
calentar una silla, pero por más que me esfuerzo no puedo traer las almas a Jesús,
lo intente tanto pero no pude. Seamos sinceros:
“ Lo que nos mantiene activos en el ministerio es ver que
estamos avanzando”.
—Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que
no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que
es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
(Juan 3:54-6)
Mi estimado líder, tienes un ministerio en la carne, por eso
aunque trates de hacerlo para mí no obtienes resultados, y los resultados que
obtienes en la carne no entraran en el reino delos cielos.
Que alguien pare ya el trabajo en la carne, reconozcamos que
no nos funciona, que muchos han perdido el tiempo, muchos han perdido años
haciendo cosas para Dios pero sin el poder de Dios. Muchos tienen ministerios
nacidos en la carne, ese tipo de ministerio que no agrada a Dios y nos seca a
nosotros. Tratamos de convencer a las almas con nuestra teología, oratoria y
psicología, pero sinceramente esto solo trae entretención. Ellos dicen: —que
bonita tu iglesia que bonito como hablan, me ayudó mucho. — Pero no se
convierten.
Si tuviéramos al Espíritu Santo operando entre nosotros,
sellando nuestro ministerio con su poder, para nada necesitaríamos de shows,
espectáculos, psicología, talento humano o apelar a las emociones.
Puedes ver a pedro tratando de pescar toda la noche y no
conseguir nada, puedes ver a Jesús en la barca de Pedro y llenar dos barcas,
puedes ver a pedro negando a Jesús frente a las empleadas del servicio, puedes
ver a Pedro después de ser investido con poder en pentecostés y en dos
discursos pescar 5000 almas. Dios puede hacer en una hora lo que no hemos
conseguido obtener en años de ministerio como ha sido mi caso. Entonces: en vez
de desgastarnos físicamente tratando de alcanzar las almas trabajemos en nuestro
corazón: santifiquémonos, limpiemos nuestra vida para que podamos ser
investidos con poder de lo alto, porque Dios no nos dará tal poder si nuestras
vidas están contaminadas.
Reconozcamos que no tenemos ese poder de lo alto y hasta que
no lo obtengamos nuestros resultados seguirán siendo iguales, pero si el poder
de Dios llega a nosotros una sola palabra penetrara tan duro en los corazones y
un avivamiento nacerá en nuestros ministerios.
«Si yo soy un hombre de Dios investido con poder de lo alto,
las almas se quebrantaran bajo mi predicación; si no lo soy nada pasara fuera
de lo ordinario. Que sea esta la prueba de cada predicador». (Oswald Smiht)
Tuve un discípulo que tiene problemas de habla, (tartamudea
un poco), se expresa lentamente; el abrió una célula y en menos de 1 año toda
su familia y amigos se habían convertido, ¿cómo lo hizo?, ¿fue su talento para
expresarse?, ¿su teología? Era nuevo no en Cristo. ¿Su hábil oratoria? él es
poco instruido, sus palabras son entrecortadas, además tiene mala gramática
pero su evangelización es eficaz, solo el Espíritu Santo pudo hacerlo. Hace
unos días me dijo:
—Roverg, la charla que marco mi vida fue cuando usted me
hablo de que el Espíritu santo es una persona.
He ahí el secreto de su eficacia; El error es que yo
sabiendo esto he apelado a mi conocimiento humano, a mi propia sabiduría, a los
estudios que he hecho, a mi conocimiento intelectual de la palabra, y en algún
momento deje de ser efectivo.
«Es el poder extraordinario de Dios, no el talento humano
que gana la partida, es la unción espiritual extraordinaria, no poderes
mentales extraordinarios lo que necesitamos, el poder intelectual llenara una
congregación pero solo el poder espiritual salvara las almas. Lo que
necesitamos es poder espiritual» (Charles Spurgeon)
Cuando el poder espiritual esta, las almas son movidas a
buscar a Dios, pero cuando carecemos de este tenemos que apelar al
convencimiento humano para que lleguen a nuestras ministraciones. Podremos
tener lógica, argumentos, oratoria y poder de convencimiento humano, pero si el
Espíritu Santo como en pentecostés no convence a los pecadores seguiremos
teniendo un:
"Ministerio estéril".
Por: Roverg Giraldo
Roveiro.blogspot.com