(Basada en Juan 4)
Bien has dicho porque 5 maridos has tenido y el que tienes actualmente no es tu marido.
Y en ese instante en la mente de la mujer pasan muchas cosas:
-¿Dios se preocupa por mí?
-¿Por qué me envió un profeta?
¿Cómo este desconocido viene y me dice lo que no debería saber?
Y el llanto inevitablemente cubrió su rostro, y con su voz entrecortada descubrió su corazón
-Sabes:
llevo una vida tan vacía, hombre tras hombre y cada hombre juega con mis sentimientos, señor si usted supiera lo vacía que me siento, si usted supiera lo señalada que me siento por todas las mujeres del pueblo, todas piensan que les voy a quitar sus maridos.
Señor: si usted supiera lo sucia que me siento al ver como los hombres cuando van con sus mujeres voltean el rostro, pero cuando no están me miran con sus miradas obscenas con ganas de devorarme como si fuera una prostituta,
Me siento sin valor.
Yo lo único que quiero es un hombre que me ame, el cual me quiera hacer su mujer y porque no, llevarme al altar pero sé que nunca será.
Solo quiero un hombre que me ame por quien soy y no por mi cuerpo,
Que se preocupe por lo que pienso y no que sea un egoísta que piense en su satisfacción sexual, la cual una vez logra;
Se va y me deja con la sabana de la vergüenza sobre mi alma,
Solo quiero un hombre que me quiera para ser la madre de sus hijos y la abuela de sus nietos, que cuando pase por la calle me tome de las manos y se sienta orgulloso de tenerme, pero sé que es mucho pedir.
Jesús responde
Sabes:
-Tú has tratado de saciar tu sed en tu área sentimental;
Y el que bebe de esa agua vuelve a tener sed, eso es como agua de mar:
Después que la bebes tú sed aumenta más,
Pero si bebes del agua que yo te doy saciaras por completo tu sed y además esta agua lavara tus vestiduras y tus sabanas de vergüenza y te dará vestiduras de honor y alabanza
Vas a ser una mujer completamente diferente no serás más la roba maridos sino hija del Rey, ya no serás el objeto de las miradas obscenas sino una mujer de admirar,
Tendrás un esposo unos hijos y una nueva vida, un nuevo nacimiento.
Sabes hoy vino al encuentro no un hombre cualquiera no un profeta cualquiera sino el mismo Dios encarnado, vine en tu búsqueda a decirte que te amo que tengo un plan de bien y no de mal para ti, que quiero sanar cada herida de tu alma,
Voy a borrar tu pasado y te llamaran bienaventurada, doblemente dichosa
Te aseguro que lejos de ser alguien que no vale nada, muchos te seguirán y querrán ser como tú, porque lo vil y menospreciado escogí para avergonzar a lo sabio y lo que no es para deshacer lo que es.
La mujer tuvo un encuentro con Jesús y no solo eso llevo a toda una ciudad a un encuentro con él.
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