LAGRIMAS EN EL ALTAR (Lenguaje del corazón)

LAGRIMAS EN EL ALTAR
(Lenguaje del corazón)

Todos las hemos derramado alguna vez, aun aquellos que fingen ser fuertes; ellas son lo más cercano al corazón que podemos ver, no tienen voz pero se escuchan muy fuerte. Demuestran nuestra impotencia ante determinada situación, expresan nuestra angustia y el dolor físico pero más que todo; las lágrimas pueden expresar el dolor del alma.


Hay lágrimas que nadie conoce; lágrimas que han sido derramadas en una habitación sobre una almohada, otras mientras caminas por la calle cuando vas solo (pero a nadie le importa porque simplemente eres alguien más que lloras).

Puedes dejarlas rodar por tus mejillas en un rió de llanto, puedes secarlas con un pañuelo silenciando la voz del corazón, puedes dejarlas correr y caer sobre tu almohada, puedes buscar el hombro de alguien más para que encuentren refugio, puedes dejar que caigan en tierra y sean pisoteadas o puedes llevarlas al altar en señal de adoración, después de todo ¿Quién no ha llorado alguna vez?.


¿Qué hacer cuando se pierde el ser querido?, ¿qué hacer cuando el ser amado se va?, ¿qué hacer cuando nuestra autosuficiencia no nos da para lograr lo que queremos alcanzar? ¿Qué hacer cuando te sientes abusada?. Podremos mostrarnos fuertes pero tarde o temprano el corazón se hará oír y sus lágrimas correrán en un río caudaloso que desembocara en un mar de llanto.


Imagina a Abraham un momento antes de sacrificar a su hijo tomando una decisión trascendental: Construir un altar para sus lágrimas, construir un altar para llorar la muerte de su ser amado:


"Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos". (Génesis 22:3-5)


¿Adoraremos?. Abraham estaba visiblemente conmovido por la inminente muerte de su hijo, él tendría que sacrificarlo en holocausto y después sobre el cuerpo del muchacho su corazón se desbordaría en un mar de llanto. El sabía que esas lágrimas correrían en el altar en un acto profundo de adoración:

— Si he de derramar lágrimas por la situación que estoy atravesando, llevare leña, conseguiré unas piedras, encenderé fuego sobre mi perdida y llorare sobre el altar en señal de adoración.


Hace un tiempo vi a un joven al cual le rompieron el corazón; la mujer que él amaba con otro hombre se apartaba. Él pudo dejar que sus lágrimas rodaran y permitir que sus pensamientos lo alejaran del Dios que le prometió una esposa, unos hijos y un hogar, pudo llorar sobre su almohada, pudo buscar un hombro en el cual llorar su perdida; pero el decidió derramar sus lágrimas en el altar. Llevo sus lágrimas en señal de adoración, arrojado a los pies del salvador postrado a sus pies busco restauración y con voz audible abrió su corazón:


No entiendo tus procesos,
No entiendo mi dolor,
solo sé que en esta vida tuyo es mi corazón,
y aunque duela en el alma a ti vengo salvador,
con mi corazón hecho pedazos a darte adoración.


Jesús vino en su auxilio y sus brazos levanto, puso su hombro para dar consolación y con lágrimas en su rostro acepto la adoración. Puedes hacer lo que quieras con tus lágrimas; después de todo son tuyas, quizás sea lo más valioso o lo único que tengas, pero qué tal si das lo único que queda de tu alma a tu Señor y salvador, después de todo; si el derramo hasta la última gota de su sangre por amor podemos corresponder derramando hasta la última lagrima en el altar de adoración.


Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.
Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla;
Más volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.
(Salmo 125:5-6)


Por: Roverg Giraldo

roveiro.blogspot.com

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