El TOQUE DE DIOS (Lo que una mano suave puede hacer)

El TOQUE DE DIOS
(Lo que una mano suave puede hacer)

Alexander tiene 32 años y lleva 4 años tras las rejas, hace 4 meses no recibe una visita, son las historias con que uno se encuentra en la cárcel. —Fueron las palabras de mi hermana después de participar en una obra social. Este fue el dialogo en el que ella se vio envuelta mientras cortaba su cabello:

—Quisiera tener más cabello.
— ¿Querías otro corte?.
— No, para que te demoraras más tiempo cortándome el cabello, ¡No sabes hace cuanto no sentía una manos tan suaves sobre mi rostro!
aunque fuera para cortarme el pelo— y añadió—Hace 4 años no se de mis hijos y hace 4 meses no recibo una visita. Pero dentro de 8 meses saldré libre.

"Él no lo decía en afán de coquetería sino como alguien que en verdad hace tiempo no recibía un toque".


Aunque no lo admitamos necesitamos el contacto físico: un abrazo, un beso en la mejilla, un apretón de manos sincero o tan solo una palmadita en la espalda, cosas que en la cárcel que nos encontramos no se obtienen. Es por eso que anhelamos recibir el toque de una mano que nos ama. Hable del tema con Dios:


—Me gustaría hacer lo que mis hermanas hacen pero no tengo tiempo, tengo tantas ocupaciones!
—Esto no pasa solo en una cárcel.
—¿?
— Hay hombre y mujeres a tu alrededor encerrados en sí mismos que anhelan recibir una visita, que anhelan el toque de una mano suave en sus vidas y no lo obtienen. No tienes que ir hasta una cárcel para visitar los presos solo tienes que salir de ti mismo e ir hasta ese amigo inconverso, ese compañero con el que nadie habla, ese amigo del trabajo que a toda hora está enojado pero si no te queda tiempo no necesitas ir tan lejos:

Qué tal si tocas a tus discípulos; ¿Hace cuánto tiempo ellos no reciben un toque de Dios atravez tuyo? ¿Qué me dices de tu familia?, ¿hace cuanto no le das un beso en la mejilla a tu padre, hace cuánto tiempo no le das un abrazo sincero a tu hermano?. Hay más gente presa afuera de las cárceles que adentro de ellas. Pero si no te queda tiempo no tienes que ir tan lejos puedes quedarte quieto, porque tal vez eres tú el que necesite esa visita y ese toque:

Ese toque de tus autoridades diciendo lo hiciste bien, ese toque de tus discípulos diciendo déjame levantarte en hombros ya has dado suficiente, déjame cargarte a ti, ese toque del Padre y la madre que hace tiempo no ves o que vez pero no te lo dan, ese toque que no tiene palabras pero te dice eres importante. Tal vez necesites mi toque en este momento.


Extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: "Quiero; sé limpio." Y al instante la lepra lo dejó. (Lucas 15:13)


— ¿Qué sintió el leproso cuando lo tocaste? Me gustaría haber sido ese leproso para sentir tan solo un instante la mano tuya sobre mi diciéndome: Quiero, se limpió. Te quiero a ti, te quiero sanar, te quiero tocar.

—Roverg,
¿Señor?
—Te quiero, se limpió. Tienes que venir más seguido a que te toque, y ahora sal de ti mismo y toca a otros con mi toque.


Nota: Gracias a Marthiz Giraldo por tu historia, eres un instrumento de Dios para llevar su toque a otros, la diferencia entre aquellas mujeres que te acompañaron y tú es: que ellas iban por una firma, por aprender o simplemente por hacer obra social, tú ibas a dar el toque de Dios y ahora oro para que el Señor en amor te toque a ti. Te amo!

Dentro de esa misma cárcel hay un ciudadano a estadounidense que lleva 15 años preso sin recibir una visita ni un toque de su familia ¿Cuánto tiempo llevas tú? ¿Hace cuánto no tocas a nadie?


Por: Roverg Giraldo

roveiro.blogspot.com

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