¡SE HAN ROBADO A DIOS!
Fue el clamor de todo un pueblo, fue el grito de una
generación que lloro amargamente. Cuantos de nosotros hemos sentido que Dios
nos ha sido arrebatado de las manos, cuantos hemos llorado a causa de no
sentirlo y cuantos hemos hecho todo para perderle.
El día martes venia de discipulado de la iglesia en un bus
hablando con una amiga por whastp app, apenas le dije que estaba escribiendo
desde el bus me escribió:
—Guarda el celular
"Si quieres que no te roben lo que aprecias debes
esconderlo". Me creerías que tu valoras más tu celular que lo que muchos
valoran la presencia de Dios como le sucedió al pueblo de Israel en la época de
Eli. (1 Samuel)
¿Sino querían perder a Dios porque llevarlo a donde estaban
los ladrones?
Veamos la historia:
El pueblo esta en batalla y esta perdiendo pero; alguien
tiene una idea:
—Traigamos a Dios, traigamos su presencia a nuestra batalla
Cuando volvió el pueblo al campamento, los ancianos de
Israel dijeron: ¿Por qué nos ha herido hoy Jehová delante de los filisteos?
Traigamos a nosotros de Silo el arca del pacto de Jehová, para que viniendo
entre nosotros nos salve de la mano de nuestros enemigos. (1 samuel 4:3)
Un pueblo que no honrra a Dios y practica el pecado, que no
ama a Dios pero que pide que Dios pelee su batalla como si no hubiese pasado
nada. Hoy en día la presencia de Dios es tratada en muchos lugares como un
amuleto para la buena suerte, como un muebles màs que adorna nuestras
reuniones. Tu me puedes decir: —estas equivocado Roverg, déjame explicarte
Cuando empiezas una célula o un culto, oras pidiendo su
presencia y como vez a los demás: ojos abiertos, cero reverencia, otros en
silencio, otros mueven sus labios pero no se oye su voz y mucho menos se
escucha su corazón, gente hablando durante la alabanza y la adoración.
La presencia se volbio un mueble más en nuestras células y
reuniones de oración, no el eje central. Cuadramos metas y planes ministeriales
para hacer crecer nuestros ministerios y oramos:
«Señor necesitamos tu presencia en este reto»
No es lo mismo que hizo aquella generación que perdió el
arca, aquella generación a la que le robaron a Dios. Ofni y fines dos
sacerdotes que llevaban el arca pero que eran hombres que no conocían a Dios,
hombres que sabían hacer decender a Dios pero que no lo conocían. Establecieron
su "propio" culto de adoración a Dios, cambiaron la manera de
ofrendar, se robaban las ofrendas de Dios, se acostaban a la entrada del templo
con las mujeres pueblo (1 Samuel cap 2- 4) hombres pecadores que hacían su vida
a su manera pero que a la hora de predicar o conquistar algún reto ministerial
decían:
—Vamos a orar hermanos; abra su boca y pidamosle a Dios que
descienda, vamos hermano expresale las palabras que salen de tu corazón y
digamosle juntos lo hermoso que es él, comience a entonar cánticos de gratitud
y pidamosle que sea él quien pelee nuestras batallas.
APENAS LLEGO EL ARCA
Aconteció que cuando el arca del pacto de Jehová llegó al
campamento, todo Israel gritó con tan gran júbilo que la tierra tembló. (1
samuel 4:5)
El pueblo grito como si estuviera Dios, saltaron como si
estuviera Dios, danzaron como danzando para Dios, tembló como cuando viene
Dios, hicieron todo como si estuviera Dios pero… ¡Dios no estaba!
La presencia de Dios tratada como un mueble màs como un
amuleto màs, pedida como en una célula màs, y robada por los filisteos como un
mueble màs. La generación De Eli Ofni y Fines fue la generación que perdió el
arca, fue la generación a la que le robaron a Dios por la manera en que se
relacionaron con él y me temo mucho que sino tomamos medidas perderemos el arca
y nos robaran a Dios de nuestro templo, de nuestras células y de nuestros
devocionales como le sucedió a aquélla generación:
Pelearon, pues, los filisteos, e Israel fue vencido, y
huyeron cada cual a sus tiendas; y fue hecha muy grande mortandad, pues cayeron
de Israel treinta mil hombres de a pie. Y el arca de Dios fue tomada, y muertos
los dos hijos de Elí, Ofni y Finees. (1 Samuel 4:10-11)
Mis hermanos Dios no puede ser robado, el arca no ha de ser
robada, los filisteos se robaron el mueble no a Dios, porque antes de que se
robaran a Dios, él se había apartado de ellos.
Si una generación pierde el arca, Dios levantara una nueva
que la recupere y que la trate como es debido. Pasaron al menos 40 años (no es
un calculo exacto) antes de que Dios volviera a estar con su pueblo y fue hasta
que un un hombre se levanto y estableció un tabernáculo donde el arca no seria
un objeto màs, sino el centro de adoración, y es ese mismo tabernáculo el que
Dios quiere levantar hoy en día:
En aquel día levantaré el tabernáculo caído de David,
repararé sus brechas, levantaré sus ruinas, y la reedificaré como en tiempo
pasado, (Amos 9:11)
“La presencia de Dios no es un mueble màs dentro de nuestras
reuniones; es todo, es Dios mismo. Y si es Dios debemos rendir culto y
adoración a su presencia”
Nota: Cuando la biblia habla de "El Arca" habla de
la presencia manifiesta de Dios en un lugar.
Por: Roverg Giraldo
roveiro.blogspot.com
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