RUIDOSA OBEDIENCIA
Su nombre es purificación Giraldo Osorio,
tiene 75 años y lleva 25 de ellos
parcialmente sorda repentinamente
apareció en nuestras vidas.
Es tía de mi papa, no sabía que existía,
pero su único hijo la abandono a su suerte en el ancianato de su pueblo en
manzanares caldas, lleva 4 meses con nosotros pero quiere irse nuevamente para
su casa. Todos los días reza aproximadamente unas tres o cuatro veces al día,
mis intentos por decirle que el la imagen en cerámica a la que habla no le
escucha han sido en vano. Llego para pasar unos días con nosotros
para nuevamente volver a su pueblo pero mi papa no la quiso dejar ir sin intentar
hacer algo por ella; el pago un medico particular el cual la mando donde un
otorrino, quien le dijo que solo podría oír por uno de sus oídos con un audífono,
pero finalmente en otro sitio lograron colocarle los dos y así recuperar su audición. El día que le colocaron sus audífonos hizo llorar a todos;
Abrazo al doctor y a mi mama que la
acompañaba mientras lloraba y daba gracias a Dios,al salir del hospital,
escuchaba lo que casi no escuchaba y le decía a mi mamá:
- Escucha, escucha, un perro, un perro, mira el carro run run run
¿Me preguntó hace cuanto no escuchaba un
perro ladrar o un auto runrunear?
Llego a la casa y se entusiasmó, los
primeros días escuchando los sonidos que antes no escuchaba con facilidad pero después
de varios días y para mi sorpresa; cuando llegaba a la casa la encontraba sin audífonos
¿tía porque no tienes tus audífonos?
-Es que escucho mucho ruido mijo, eso es
para cuando uno sale a la calle,
No
es lo mismo que nos pasa a nosotros
¿Recuerdas la primera vez que Dios te
hablo?
Yo si recuerdo la mía, ni respondí solo
llore, llore y llore, corrí emocionado a contarle a todo el mundo que Dios
habla, pero con el tiempo a pesar de que escucho su voz, de vez en cuando me
quito los “audífonos espirituales” porque sé que tengo que obedecer y el ruido que produce mi obediencia no me
gusta, pero nuevamente me los coloco
para oír lo que quiero escuchar.
Ella todos los días se acerca al
calendario que está en la pared y cuenta y anhela los días que le faltan para
partir. Ella argumenta que tiene que irse nuevamente al ancianato porque si
no puede perder sus pertenencias, (una ropa
vieja que, y una cobija guardada que tiene que llegar a lavar porque le
cogieron mal olor) A pesar del ofrecimiento de mi padre de quedarse en casa el anhelo
de su corazón es irse.
Cuantas veces preferimos nuestras posesiones
personales que envejecen y cogen mal olor a disfrutar del calor de hogar en su
presencia
-A
no Roverg eso a mi no me pasa, yo prefiero a Dios
Déjame contestarte con una pregunta:
¿Cuando llegas cansado de un día agotador
pasas tiempo con Dios, o simplemente recuestas
tu cabeza sobre la almohada y vez televisión mientras te duermes?
¿Cuantas veces? las ocupaciones el
trabajo, el estudio, tus amigos, tus metas han ocupado un lugar tan importante
en tu vida y has dejado el calor de hogar.
Dios atraves de ella me ha enseñado algo:
Amar el calor del hogar de mi Padre
celestial y si escucho su voz debo obedecerla aunque el ruido que produce mi
obediencia no me guste.
"Acontecerá que si oyeres atentamente la
voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que
yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las
naciones de la tierra".
Deuteronomio 28:1
Por: Roverg Giraldo
roveiro.blogspot.com
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