HUELE FEO, HUELE MAL

                                                         HUELE FEO, HUELE MAL

Hace unos días me sucedió algo en el bus camino a casa:

Se subió un hombre colado por la puerta de atrás sin que el señor conductor del bus lo notara, y se ocultó sentándose en las escaleras frías y sucias del bus

Su edad: aprox 30 años
Sus vestidos: harapientos
Su rostro: días sin rasurar

Pero lo que más destacaba era su olor, muy particular “un poco fétido”
Todos los que estaban a mi alrededor tapaban su nariz en señal de descontento,

Me di cuenta de que había una silla  a mi lado vacía y fue entonces que escuche la voz de Dios:

-Dile que se siente y háblale de mi

Mi primera reacción fue;  se van a incomodar los que están sentados, pero obedecí;

-Señor siéntese en la silla

Los demás me miraron con asombro, y con mal genio. Su rostro expresaba:

-No te das cuenta que huele mal
-Lo vas a hacer sentar a mi lado y ese olor se me va a impregnar
-¿Lo vas a hacer sentar junto a mí que si pague mi pasaje?
-¿Cómo lo vas a sentar junto a mí que huelo  bien?

El hombre levanto la mirada y me dijo:

-No gracias ya me voy a bajar, “aunque se demoró bastante en bajarse”
Sé que era más la vergüenza de no tener un aspecto digno, y un olor fétido que hacían que el rehusara mi oferta, pero Insistí:

-Por favor siéntese que tengo que decirle algo

El me vio pero me dijo nuevamente:

-¡No!

Será que pensó:

¿Cómo me vas a hacer sentar en la silla si yo no pague el pasaje? lo que él no sabía es que yo estaba dispuesto a pagarlo

En vista de mi insistencia la gente puso su atención sobre nosotros pero no logre convencerlo, le dije:

-Ya que usted no quiere sentarse a mi lado le voy a decir lo que tengo que decirle desde aquí:

-Jesús lo ama y tiene un propósito con usted,

Respondió:

-Amen

No me diga amen, le estoy afirmando que si usted; apenas se baje de este bus busca a  Dios, él lo va a rescatar de esa vida de indigencia.  “o por lo menos lo baña pensaría alguno”


Pensando en esta situación me di cuenta que nosotros somos iguales con Dios

Él nos dice siéntate a mi lado, y nosotros nos auto-excluimos diciendo:

-No huelo feo, huelo a pecado

*Siéntate a mi lado que quiero decirte que te amo

-No Señor, yo mejor te escucho desde el piso frio y sucio

*Siéntate a mi lado

-No Señor, no tengo vestidos apropiados, estoy en harapos,
Tú hueles a una  loción demasiado costosa llamada Santidad,
Tus vestiduras son blancas y resplandecientes marca Justicia,

Si me siento a tú lado las voy a ensuciar y voy a echar a perder el olor tan agradable

*Siéntate a mi lado

-¡No Señor, no pague el pasaje!

Y como rehusamos sentarnos a su lado el decide decírnoslo por otros medios o atravez de terceros.

No rehúses sentarte al lado del Rey, si él te mando a sentarte es porque te considera digno de esa silla y aunque haiga muchos “hermanitos” que se incomoden porque ellos si huelen bien y porque si pagaron el pasaje, recuerda que si en el bus en que vas;  Jesucristo es el conductor, él te llevara a tu casa celestial.

El hombre se bajo del bus  y nunca más he vuelto a saber de él, solo espero poder encontrarme con él en la eternidad, sentarnos juntos y comer en la misma mesa con nuestro Padre Eterno.


Por: Roverg Giraldo

No hay comentarios:

Publicar un comentario