¡Lavaste mi alma en un mar de dolor!
Con sangre borraste toda mi aflicción,
Tus ojos sangrantes me vieron con amor,
Tu voz entrecortada clamo mi salvación,
Tu carne rasgaste para darme tu perdón,
Los clavos del madero tocaron mi interior,
La lanza del costado atravesó, mi corazón,
Mi vida fue cambiada al encontrarme con tu amor.
"Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores,
experimentado en quebranto" (Isaías 53:3 a)
Por: Roverg Giraldo
roveiro.blogspot.com